Victoria del Linares Deportivo ante el Jumilla

Luis Lara tuvo una tarde de domingo plácida. Ante el Jumilla, completó una de sus mejores actuaciones con la camiseta del Linares. Abrió el marcador y fue determinante en el triunfo azulillo. Fue, en definitiva, uno de los principales argumentos de Miguel Rivera para reactivar al equipo en el momento que más lo necesitaba. Los muchos minutos que ha pasado en el banquillo le han servido para madurar, coger experiencia y asentarse en un club.

La lesión de Corpas le abrió, hace dos semanas, la titularidad. En Villanueva de la Serena, se marcó un buen partido y frente al Jumilla se reivindicó. Pedía a gritos continuidad. “Cuando solo tienes unos minutos, quieres hacerlo todo bien y, muchas veces, no te sale nada”, reconoce el jugador nacido en Torreperogil y criado en la cantera del Real Betis. Luis Lara pertenece a esa especie de jugadores anárquicos en el regate, que tienen entre ceja y ceja la portería y, en algunas ocasiones, se olvidan del colectivo, pero comprensible por su edad y sus ganas de verse en la alineación. Él ha combatido esa ansiedad con trabajo y paciencia, una virtud poco apreciada en el mundo del fútbol.

Miguel Rivera no tenía dudas respecto a quienes debían ser los titulares en los flancos: Casi y Corpas. Hay entrenadores que después de un par de derrotas se cuestionan a ellos mismos. Rivera no. Hay derrotas merecidas o casuales y victorias que llegan de un mismo modo. Para el técnico malagueño solo hay una manera de jugar y es innegociable, pase lo que pase. Luis Lara rompió el domingo esquemas, y ha generado un dilema en Rivera. “En cierto modo, ante el Jumilla me reivindique. Mi deseo es jugar más. Sé que la competencia es máxima, pero para eso trabajo al máximo en cada entrenamiento, para llamar la atención del entrenador y que me dé minutos”, aclara el futbolista.

TRABAJO Y GANAS DE MEJORAR

Los humildes también pueden ser elegantes y Luis Lara lo es. No tiene ni una mala palabra hacia nadie. Está encantado con el vestuario y en Linares, donde se siente un hombre “tremendamente feliz”. “Me encanta la ciudad y, sobre todo, la afición. Aquí se respira fútbol por todos lados y da gusto saltar a Linarejos ante tanta gente, aunque, a veces, es exigente”. Tiene dos años más de contrato que piensa agotar a base de recorrer cientos y cientos de kilómetros por la banda. Tiene los conceptos asumidos con alegría y convicción, y, poco a poco, los está reflejando en el terreno de juego. El elogio a la paciencia.

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