Las obras de remodelación del Estadio Municipal de Linarejos han retomado su curso, pero no sin generar inquietud entre los vecinos y aficionados del Linares Deportivo. Aunque el Ayuntamiento ha asegurado que el proyecto sigue adelante y que se cumplirán los plazos previstos, la realidad sobre el terreno parece contar otra historia.
Actualmente, solo cinco trabajadores están activos en la obra, lo que ha despertado dudas sobre si el estadio estará listo para el verano de 2026, como se prometió. Desde los edificios colindantes, los vecinos observan con escepticismo el avance de los trabajos, que consideran demasiado lentos para cumplir con los plazos establecidos en los contratos firmados con la Junta de Andalucía.
La alcaldesa Auxi del Olmo, junto al concejal de Deportes Martín de la Torre, ha reiterado en rueda de prensa que el estadio estará terminado en tiempo y forma, y que el Ayuntamiento está fiscalizando cada fase del proyecto. Sin embargo, los aficionados temen que esta promesa se convierta en una estrategia electoral más que en un compromiso real.
¿Y qué pasa con el anexo?
Otro punto que genera incertidumbre es el futuro del campo anexo al estadio, donde entrenan y juegan los equipos de la cantera. Linares cuenta con al menos cuatro equipos base, formados por decenas de niños que practican fútbol regularmente. Aunque el proyecto contempla mantener el campo anexo, aún no se ha detallado cómo se garantizará su uso durante las obras ni qué alternativas se ofrecerán a los equipos de formación.
¿Se pedirá una prórroga?
El temor a una prórroga en los plazos de ejecución también está presente. Ya en 2023, la Junta de Andalucía concedió una ampliación del plazo hasta julio de 2026, pero si el ritmo actual no mejora, no se descarta que el Ayuntamiento tenga que solicitar una nueva extensión. Esto podría poner en riesgo no solo la finalización del estadio, sino también la financiación comprometida por las administraciones.