Francisco Fernández Albalate: el alma linarense del ajedrez que sigue marcando historia

 

Linares no solo es tierra de pasión futbolera, sino también cuna de leyendas del ajedrez. Y si hay un nombre que encarna esa historia viva, ese es el del profesor linarense Francisco Fernández Albalate, actual delegado FEDA (Federación Española de Ajedrez) en esta competición y figura clave en la organización y arbitraje del mítico Torneo Internacional Ciudad de Linares.

Desde 1978 hasta 2010, Fernández Albalate estuvo implicado en cada edición del torneo que convirtió a Linares en capital mundial del ajedrez. Como árbitro, organizador y divulgador, vivió desde dentro la evolución de un evento que atrajo a los mejores jugadores del planeta. “Muchas de las partidas que hoy se estudian fueron transcritas por nosotros noche tras noche, sin internet ni medios digitales. Editábamos boletines diarios con pasión y esfuerzo”, recuerda con nostalgia.

Durante el actual campeonato, Fernández Albalate se emociona al ver competir a jugadores como Ibanchu, Sirof, Miguel Villesca, entre otros, muchos de los cuales pasaron por el Ciudad de Linares en sus años dorados. “Con los que están jugando ahora mismo podríamos formar un gran equipo solo con los que han participado en el torneo. Es una satisfacción ver rostros tan apreciados”, comenta.

La década de los 90 fue el punto álgido del torneo, con el Hotel Aníbal como epicentro de la élite ajedrecística. “Si alguien quería ver jugar a Kaspárov, tenía que venir a Linares. Y si un jugador soñaba con enfrentarse a él, también. Linares necesitaba a Kaspárov y Kaspárov necesitaba a Linares. Fue un matrimonio creado por Luis Rentero que dio al torneo una posición privilegiada”, afirma Fernández Albalate.

Gracias a Rentero, el torneo se convirtió en una leyenda. Y Fernández Albalate, como testigo directo, vivió momentos irrepetibles: “He tenido una posición privilegiada junto a Rentero. Lo que aprendí del ajedrez en esa época es difícil de igualar”.

Aunque el ajedrez sigue vivo, el contexto ha cambiado. “Antes, un autógrafo era una joya. Hoy, un enlace digital tiene otro valor, pero en otro sentido. No se pueden comparar los años 90 con 2025. El seguimiento es distinto, pero el espíritu permanece”, reflexiona.

El Torneo Ciudad de Linares terminó cuando debía, según Fernández Albalate. Pero su herencia sigue presente en cada tablero, en cada jugador que pisa Linares, y en cada historia que se cuenta. “Me encanta el ajedrez. Ver a estas figuras tanto tiempo es una gran satisfacción”, concluye.

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